
Isao Iinuma es hijo del director de la Academia de Patriotismo, un hombre vinculado al pensamiento de la derecha restauradora en tiempos de entreguerra en el Japón. Es una época en la que los políticos y empresarios temen por sus vidas, cuando el Ejército está avanzando no sólo en Manchuria, sino también en la vida institucional del país. Es, también, una época de zozobra económica por las repercusiones mundiales de la crisis de 1929.
El joven Isao Iinuma formó un grupo de estudiantes, cuyo objetivo es asesinar a quienes consideran como los principales responsables de la crisis política y económica, restaurar el poder imperial en toda su plenitud y luego suicidarse ritualmente. Él y su grupo estaban convencidos de que los dioses los favorecían, y pretendían imitar a la Liga del Viento Divino, que en los años setenta del siglo XIX aborrecieron de la modernidad e intentaron -en vano- implantar el espíritu samurai. Esta búsqueda de Isao provocará cambios en el juez Honda, que abandonará su vida muelle y ordenada para asistir al joven.
En este clima antioccidental y contrario a la modernidad, Isao Iinuma busca la pureza y el triunfo del Emperador.
Mishima -que simpatizó con la idea de la restauración en tiempos de posguerra- recrea magistralmente el clima de este período tan agitado en la vida japonesa. Su pluma ágil contribuye a comprender la atmósfera ideológica, cargada de violencia, de los años treinta en el archipiélago nipón.
Yukio Mishima, Caballos desbocados. Madrid, Alianza, 2004. ISBN 978-84-206-6667-9