Cada uno por su lado, retorna a un pasado al que se habían aferrado, al que habían reconstruido en sus frágiles memorias humanas, en tanto que quienes se quedaron no intentaban descubrir los itinerarios vitales de los emigrados. Era un regreso a un lugar conocido, a una lengua con la que se reencontraban, pero al mismo tiempo era un abandono de las vidas que habían trazado en otras latitudes.
Los pretéritos de Josef e Irena estaban entrelazados, momento significativo y singular para uno, completamente olvidado por el otro. Los hilos se entremezclan, las búsquedas de sentido se solapan, la necesidad de hallar un significado a todo lo pasado también sacude a quienes no emigraron. Y así, quienes permanecieron en Checoslovaquia tras la invasión soviética de 1968 ignoran cómo fue la existencia de los emigrados y se produce un silencio incómodo, sin preguntas, sin respuestas.
Novela de búsqueda existencial, de interrogatorios y de situaciones cotidianas, de vidas comunes en una Europa que buscaba entender el porqué de tanta tragedia.
Milan Kundera, La ignorancia. Buenos Aires, Tusquets, 2006.