A mi criterio, El espejo de Heródoto es un libro excepcional por la calidad de sus reflexiones sobre la alteridad, partiendo del texto clásico de Heródoto conocido como Los nueve libros de la Historia. François Hartog explora no sólo las polémicas que ha despertado en los últimos veinticinco siglos, sino la fabricación de los otros por parte del autor griego, tomando como centro a los escitas.
¿Por qué los escitas y no los persas? Porque los escitas eran los otros en un triple juego. De acuerdo a la visión griega, los persas no sabían combatir, puesto que se basaban en la caballería y los arqueros, en tanto que los hijos de la Hélade lo hacían con los hoplitas, en la batalla cuerpo a cuerpo. Pero cuando los persas invaden infructuosamente la Escitia, combatirán de un modo convencional que los aproximará a los hoplitas, en tanto que los escitas nómadas rehuirán, una y otra vez para desconcierto de los invasores, sin prestarse a la batalla cara a cara. No obstante, el triple juego identificará a los escitas con los griegos en su lucha por la libertad de su pueblo frente a un invasor común, los persas. El escita nómada, el griego hombre de la polis; el escita que es gobernado por la realeza, el griego que vive en la isonomía; el escita que tiene menos dioses que los griegos; el escita que rechaza a quienes han adoptado parte de las costumbres y tradiciones helénicas. Y, a su vez, hay un otro que resulta un otro exótico por antonomasia -tomo la expresión de Emmanuel Taub- que son las amazonas, frente a las cuales los escitas se convierten en casi griegos.
En definitiva, ¿cuánto hablamos de nosotros al referirnos a los otros? Es ése el espejo en el que se mira Heródoto, en el que nos contemplamos en nuestro discurso de la alteridad.
Libro de singular inteligencia y disparador feliz de nuevas interrogantes sobre el oficio del historiador, a partir de quien muchos sostienen -sostenemos- que fue el padre del estudio del pasado humano. Un texto para volver una y otra vez, en sucesivas lecturas, acompañado del precioso legado que nos dejó Heródoto y que, afortunadamente, llegó hasta nuestros días.
François Hartog, El espejo de Heródoto. Buenos Aires, FCE, 2003. ISBN 950-557-591-2
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