Los veinte poemas que escribió Wang Wei en su casa a orillas del río Wang, en donde solía descansar lejos de la corte imperial, son una bella colección atravesada por diversas corrientes de pensamiento que entretejen la singular cosmovisión del milenario pueblo chino. Allí están presentes el taoísmo -en sus versiones filosófica y religiosa-, el budismo chan y el yin-yang.
Los poemas fueron traducidos y comentados por Pilar González España, quien traza bellas pinceladas con sus reflexiones tras cada poema, ayudando y provocando al lector a zambullirse en un océano de símbolos que sacude y conmueve, que se sugiere como un susurro al lector dispuesto a escuchar. Bien lo señala en su estudio preliminar: "Todo poema está abocado a decir lo indecible. La economía verbal está muy cerca del silencio físico y metafísico. Cuantas menos palabras, mayor es la ambigüedad, sus posibilidades significativas se multiplican hasta el infinito. Cuanto menos dice el poeta, más piensa y siente el lector, más dice el silencio".
Wang Wei, Poemas del río Wang. Madrid, Trotta, 2004.
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