El afán por controlar fuerzas sobrenaturales a través de conjuros y ritos es rastreado en las tres religiones del mundo romano durante los tres primeros siglos de nuestra era. La palabra "magia" deriva de los magi, los sacerdotes persas, y de allí se introdujo en nuestro vocabulario. Si bien la connotación era negativa, por tratarse de un enemigo de griegos y romanos, se presumía que los magos persas tenían el conocimiento esotérico para controlar esas fuerzas.
Cristianos, judíos y sacerdotes de la religión clásica grecorromana se acusaban mutuamente de practicar la magia, no porque esta fuera un fraude, sino porque consideraban que era una manipulación de fuerzas demoníacas.
Daimon era el término para referirse a criaturas sobrenaturales que podían actuar a favor o en contra, y a quienes se les aplacaba o se ganaba su apoyo a través de rituales muy precisos. Será el cristianismo el que identifique a los daimones como demonios al servicio de Satán.
Naomi Janowitz nos señala distintos tipos de magia: los conjuros de sanación, las fórmulas para lograr el amor, e incluso los rituales para alcanzar la deificación. Remarca que judíos y cristianos de estos primeros siglos buscaban -aunque hoy nos parezca extraño en la cosmovisión monoteísta- su conversión en dioses a través de elaborados rituales.
El desarrollo de la alquimia, entonces llamada "arte sagrado", era un conocimiento esotérico que despertaba los recelos de sacerdotes y rabinos, pero que escapaba a sus posibilidades de comprensión. Pone de relieve a la figura de María la Judía, también conocida como María de Alejandría, una notable mujer alquimista de la que se ignora cuándo vivió, aunque se presume que fue en Alejandría y se le atribuye la creación de un procedimiento llamado balneum Mariae: el baño María. La autora señala que muchas prácticas que entonces eran rechazadas por estas religiones, en realidad eran la preservación de conocimientos y rituales anteriores, y nos presenta varios fragmentos bíblicos en apoyo de su conjetura.
El libro es interesante porque nos presenta al mundo antiguo desde una perspectiva que enriquece nuestra visión de aquellos tiempos; el intento de aproximación a lo oculto, lo vedado, a la búsqueda de códigos y prácticas que permitan sobrellevar el sufrimiento y, aún más, alcanzar la inmortalidad.
Naomi Janowitz, Magic in the Roman World: Pagans, Jews and Christians. London, Routledge, 2001.
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