sábado, 3 de enero de 2015

"Ottoman Brothers", de Michelle U. Campos.

El Imperio Otomano, que dominó desde las orillas del Golfo Pérsico hasta Argelia, y desde los Balcanes hasta el Mar Rojo, inició su lento derrumbe durante el siglo XIX, empujado por las potencias europeas y los nacionalismos emergentes. Este "hombre enfermo de Europa", cuyos fragmentos eran codiciados por varias naciones, hizo pocos esfuerzos por modernizarse, y en forma tardía. Anclados en la nostalgia de sus tiempos de expansión militar, los sultanes-califas no advertían el impulso de las nuevas ideas, confusamente mezcladas, de aspiraciones nacionalistas de emancipación de algunos pueblos con los principios del constitucionalismo liberal. Un intento de reforma fue el Tanzimat de 1839, así como la constitución parlamentaria de 1876, luego derogada por el Sultán durante la guerra con Rusia de 1878.
El sistema político, jurídico y social del Imperio Otomano estaba estructurado en torno a los millet, las comunidades etno-religiosas que lo componían. Las naciones europeas intervenían en defensa de las comunidades cristianas que allí vivían, por lo que la soberanía del Imperio era limitada en grado creciente. Era un entramado complejo, en el que las diversas comunidades coexistían y convivían con sus propios códigos.
En 1908, un regimiento de Salónica con el apoyo del Comité de la Unión y el Progreso (CUP) se alzó en armas para exigir la restauración de la constitución parlamentaria. Ante este pronunciamiento, el sultán Abdülhamid II reconoció de inmediato esa constitución, temeroso de que esta revolución se propagara sin control hasta las puertas de Estambul.
El libro de la doctora Michelle U. Campos, brillante y original, se centra en el período del constitucionalismo entre 1908 hasta los comienzos de la primera guerra mundial. Época fértil, de desenvolvimiento de la prensa, los partidos, la sociedad civil y la reflexión en torno al patriotismo otomano. Se discutía el concepto de ciudadanía otomana, pero allí se entrecruzaban distintas vertientes: liberal, republicana, comunitaria, etno-religiosa. Y desde esas perspectivas de la otomanidad se debatían el nuevo servicio militar obligatorio, la anexión de Bosnia-Herzegovina por parte del Imperio Austro-Húngaro, el sistema electoral y las aspiraciones nacionalistas de los sionistas y el arabismo emergente. Estas reflexiones en torno a lo cívico y la otomanidad se vieron enriquecidas por la explosión periodística en los distintos idiomas locales, además del inglés, francés y alemán. Como puente entre las comunidades, sobre todo entre los profesionales, actuó la masonería, que reunía miembros musulmanes, cristianos y judíos en un ámbito de fraternidad.
Las elecciones parlamentarias, con un sistema de segundo grado, pusieron en evidencia la sobrerrepresentación de la población musulmana, al calificar al sufragante por su capacidad impositiva. No obstante estas imperfecciones, el clima de ideas ayudó a difundir conceptos como el de "libertad", "representación" y "gobierno responsable", hasta entonces vedados por la censura gubernamental. 
Michelle U. Campos pone de relieve que estas comunidades religiosas, en particular las minoritarias, estaban fragmentadas: en Jerusalem había dieciséis denominaciones cristianas, así como rivalidades entre los judíos sefaradíes y ashkenazíes. Dentro de la comunidad judía, había quienes rechazaban al sionismo, como el destacado líder Albert Antébi, que buscaba una mayor autonomía pero sin salir del Imperio Otomano.
En 1909, el sultán Abdülhamid II intentó detener este proceso de constitucionalización, pero la consecuencia fue su reemplazo en el trono. Este episodio demostró la gran popularidad del constitucionalismo y la gran adhesión que despertaba en la población.
Sin embargo, esta modernización política fue tardía: en 1908, se independizó Bulgaria y Bosnia Herzegovina fue anexada al Imperio Austro Húngaro; en 1911, los italianos invadieron la actual Libia; en 1912 fueron las guerras balcánicas, que redujeron la presencia turca a la península de Tracia; en 1914, se desató la Gran Guerra, con los otomanos alineados con los imperios centrales. Fue en ese contexto bélico que los Jóvenes Turcos abandonaron el patriotismo cívico a favor de uno étnico religioso, que puso al panturanismo como objetivo de expansión militar hacia el Asia Central, que desembocó en el genocidio armenio.
El libro expone con rigor documental una etapa poco conocida y breve del Imperio Otomano, lo que lo convierte en un texto imprescindible para explorar el universo tan diverso, policromo y conflictivo del Medio Oriente.


Michelle U. Campos, Ottoman Brothers: Muslims, Christians, and Jews in Early Twentieth-Century Palestine. Stanford, Stanford University Press, 2011.

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