martes, 24 de diciembre de 2024

"La ciudad y sus muros inciertos", de Haruki Murakami

La narrativa de Murakami entrelaza el mundo real con el imaginario de un modo sutil, casi inadvertido, sin sobresaltos en el pasaje de uno al otro. Este quizás sea uno de los motivos de su atractivo en tiempos en los que pareciera ser que la ficción está agonizando. Y aquí está, una vez más, Haruki Murakami con una novela extensa, como todas las que escribe, y que además retoma un tema que ya se desarrolló en El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, como es el de la ciudad amurallada en la que, además de humanos, vivían unicornios. Con variantes, sí, y con una existencia más real que en la otra versión. 

En esta novela, el protagonista había conocido en tiempos de sus estudios de secundario a una joven de otro instituto que, repentinamente, vuelve a esa ciudad de la que tanto le hablaba en sus salidas. Él busca la llave de ingreso a esa extraña urbe, de pocos habitantes, pero de la que fue conociendo detalles por las narraciones de su novia. 

Aquí se entremezclan historias de quienes se buscan a sí mismos, que tienen sueños que se perdieron, de travesías vitales que tantean en una extraña cartografía sobre quiénes son realmente. El auténtico yo, alojado en esa ciudad. Y como suele ocurrir en los textos de Murakami, hay una búsqueda de sí mismo alejándose hacia pequeños pueblos de Japón, entre las montañas, rehaciéndose desde la reflexión y el afrontar desafíos rayanos en lo mágico.

La literatura japonesa contemporánea tiene un embajador en Murakami, que además de la valía de su propia pluma, permite adentrarse en el bellísimo laberinto de la cultura milenaria del archipiélago oriental.


Haruki Murakami, La ciudad y sus muros inciertos. Buenos Aires, Tusquets, 2024.